viernes, 31 de octubre de 2014

Ética de la prescripción: Medicamentos psiquiatricos

Todos los médicos de Atención Primaria atendemos cada día a gran número de pacientes con patologia psiquiátrica, aunque quizas no sea el termino más exacto. Definirlo como patología psiquiatrica ya condiciona en cierta manera nuestra actuación. ¿Son estados de ánimo normales dentro de las diferencias experiencias vitales de cada persona? ¿Són enfermedades que requieren un tratamiento?

Este debate que cada vez es más público y que ha adquirido mayores dimensiones tras algunos cambios de criterio , al menos discutibles del DSM-V, es resumido y tratado desde una óptica conciliadora por Allen Frances en el artículo "Guerra civil en la psiquiatria. ¿Hay posibilidad de acuerdo?" que traducen en una de sus últimas entradas nuestros compañeros del blog Nogracias.

Ya que supongo que no todos conoceis el blog aprovecho para recomendarlo y de paso introducir el debate de los fármacos psiquiatricos en nuestro blog.

Allen Frances es Psiquiatra y presidió el grupo de trabajo del DSM-IV.

4 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo y el tema en general. Cada día me pregunto si estoy actuando bien cuando prescribo un fármaco psicotropo. Muchas veces es prescripción derivada del psiquiatra, otras viene de lejos y es muy difícil el cambio.Otras soy yo la que inicio un fármaco por petición de un/a paciente que lo está pasando mal por síntomas depresivos-ansiosos En algunas ocasiones soy yo la que lo recomiendo porque, aunque veo que esa persona lo que necesita es un cambio en su vida, buscar soluciones a sus problemas, se encuentra tan abatida que no puede hacerlo. El problema es que luego es difícil retirar esa mediación, establecer plazos... En fin ¿adormecemos conciencias o ayudamos a salir del pozo? Vicenta Alborch

    ResponderEliminar
  2. Elvira GArcía Bello3 de noviembre de 2014, 23:19

    Si os interesa seguir leyendo cosas sobre este tema de la medicalización, os recomiendo dos recomiendo dos artículos aparecidos en prensa.
    El primero de ellos, aparecido en Diciembre de 2013 con el sugerente título de "Pastillas para el dolor de vida". Analiza el hecho de que el uso de antidepresivos y ansiolíticos se ha disparado en toda Europa. Se ha producido una extensión del diagnóstico de lo que se considera una depresión, medicalizando así emociones que forman parte del curso normal del transcurso de la vida y también extendiendo el uso de estos fármacos a otras patologías (como algunos trastornos endocrinos o fibromialgias, por ejemplo). El tema que está en cuestión no es la eficacia de los medicamentos antidepresivos sino la efectividad de estos para combatir los síntomas leves o moderados de depresión. Al aplicarse en estos casos sin el complemento de otros tratamientos como por ejemplo la terapia psicológica, se observa que tienen una eficacia muy limitada. Existen otras terapias o actividades que son más eficaces en estos casos porque mejoran y no cronifican el sufrimiento humano. El sufrimiento no es una patología y bajo la etiqueta de "depresión" se están patologizando emociones normales. En las depresiones leves, los fármacos tratan los síntomas pero no la causa. Mientras que si de forma complentaria a un posible uso de fármacos, la persona aprende a manejar bien su problema, aprende al superarlo.

    Este es el enlace del artículo: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/12/06/actualidad/1386355492_284964.html

    Respecto al otro artículo, publicado en Septiembre de 2014, con el títuolo "Convertimos problemas cotidianos en trastornos mentales", Allen Frances (Catedrático emérito de Psiquiatría de la Universidad de Duke), analiza la "inmensa maquinaria" que hay por debajo de este fenómeno de la medicalización, mostrando las funciones o disfunciones que están cumpliendo los implicados en ella: las autoridades sanitarias, los profesionales de la medicina, la industria farmaceútica y los ciudadanos en cuanto "candidatos" a convertirse en pacientes.
    Basándose en el análisis de la evolución en el tiempo del DSM (Manual de Diagnóstico y Estadístico, en el que se definen y describen las enferemedades mentales, se platea una interesante autocrítica de la psiquiatría que expresa muy bien el título de su último libro: "¿Somos todos enfermos mentales" (Ariel, 2014). Especialmente interesante me ha parecido su análisis del devenir de las enfermedades mentales en psiquiatría infantil. Analiza también en qué medida estamos con todo esto trastocando el papel evolutivo que desempaña la resiliencia del ser humano. Y nos ofrece las propuestas que, desde su punto de vista, podrían mejorar la situación en que nos encontramos respecto a este tema.

    Este es el enlace al artículo: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/26/actualidad/1411730295_336861.html

    ResponderEliminar
  3. Este debate es tanto o más necesario en el campo de la infancia, donde desde hace unos años la utilización de fármacos psicoactivos en España está aumentando a un ritmo muy fuerte. Si alguien desea conocer con detalle el caso del Trastorno por Déficit de Atención / Hiperactividad, aquí os muestro un reciente análisis que realizamos en el Servicio Navarro de Salud sobre dicha controversia.

    http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/47EADFE7-470B-4BC7-B903-373C2E834804/278105/Bit_v21n6.pdf

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu aportación.

      El tema que propones es tan amplio y "oscuro" que da para una revisión tan profunda como la vuestra y meses de diálogo.

      Cada vez hay mas voces de pediatras en contra de algunos diagnósticos precipitados y las consecuencias de los tratamientos, pero desde el punto de vista de los padres es más facil aceptar (generalizando, lo cual no siempre es correcto) que su hijo está enfermo y no que es un problema educacional.

      Eliminar