domingo, 6 de marzo de 2022

Una historia de compromiso ético y social de la Medicina: a propósito de la invasión de la Rusia de Putin a Ucrania y el fantasma nuclear

 

El día que empezó la invasión, evoqué una experiencia vivida en los años ochenta, la presentación en la Universidad de Valencia de la organización internacional Médicos para la prevención de la Guerra Nuclear  (MPGN) y su antecesora Médicos por la Responsabilidad Social. (MPR) Un salón de actos abarrotado, propio de la época, no recuerdo de que facultad de Blasco Ibáñez, aunque sé seguro que no era en la de Medicina. Decenas de médicos valencianos reunidos entorno a la organización y su compromiso ético desde la perspectiva de la Medicina Social

El impacto social, sobre la vida humana y la salud de cualquier guerra, también de ésta, es obvio, el de un accidente nuclear aterrador.

Tras el bombardeo y la ocupación de la central de Zaporiyia,  hoy sabemos que además del riesgo hipotético de utilización de armas de destrucción masiva por parte de Rusia, existe el riesgo real de un accidente nuclear.  Ésta es la primera guerra en la que centrales nucleares son tomadas como rehenes 1. Según la ONU no hubo ningún escape de radiación tras el ataque a la central.

En 1985 la Organización fundada en 1980, Physicians for prevention of Nuclear War (IPPNW) recibió el Premio Nobel de la Paz 2. El premio le fue otorgado “por la importante tarea de información y concienciación sobre las catastróficas secuelas de la guerra nuclear. El comité consideró que la Asociación a su vez contribuye a un aumento de la presión por parte de la oposición pública a la proliferación de armas atómicas llevando a una redefinición de prioridades, prestando así una mayor atención a la salud y otros aspectos humanitarios”.

El presidente de la organización en España era entonces el cardiólogo Pedro Zarco 3 que acudió a la entrega del Premio en Oslo

En 2017 el Comité Noruego otorga el nobel de la Paz a la organización Campaña Internacional para la Abolición de Armas Nucleares (ICAN), creada en 1980,  de la que fue impulsora y es miembro IPPNW.

En el contexto del inicio de un movimiento cívico a favor del desarme nuclear y la formación de grupos antinucleares a mediados de los años 50 del siglo XX, en 1961 se había fundado Médicos por la Responsabilidad que inició el movimiento antinuclear de los médicos en Estados Unidos.

Fruto de la preocupación, el debate y el trabajo de un grupo de médicos se publicaron 3, en el New England Journal of Medicine en mayo de 1962, una serie de artículos bajo el epígrafe “Las consecuencias médicas de la guerra termonuclear”. Publicación que fue resultado de la voluntad firme del Dr. Joseph Garlan, editor de la revista, tras una dura discusión con su comité editorial. En aquellos años La Asociación Norteamericana de Medicina (American Medical Association of Medicine, AMA) era una organización muy conservadora que intentó frustrar todos los intentos de socializar la medicina y que afirmaba “ las cuestiones nucleares son asunto de los políticos, no de los médicos…Los médicos…no deben inmiscuirse en cosas sobre las que no saben nada”.

El Dr. Garland escribió una nota introductoria al dossier, contundente y clarificadora: en la guerra termonuclear y sus consecuencias médicas, han colaborado en la preparación de los artículos que componen este volumen ...Los artículos están escritos para describir las consecuencias biológicas, físicas y psicológicas de un ataque termonuclear ..¿Por qué los médicos deben estar especialmente interesados en el problema?. Las respuestas son claras, porque ningún grupo se encuentra tan profundamente involucrado y comprometido con la supervivencia de la humanidad. Ningún grupo está tan acostumbrado a la labor de aplicación de soluciones prácticas a los problemas que amenazan la vida. Los médicos son conscientes, de que el tratamiento adecuado, depende de un diagnóstico preciso y una evaluación realista de los problemas..... Sin embargo, la magnitud de la carrera armamentística, las complejidades de la guerra fría y el incremento del poder gubernamental crean un abismo cada vez mayor entre los ciudadanos y la toma de decisiones. Es esencial que los médicos en su papel de protectores de la salud, de la comunidad y asesores de sus pacientes, se mantengan plenamente informados...El artículo de Sidel y sus colegas analiza problemas médicos específicos y las posibilidades explícitas a las que se enfrentarían los médicos sobrevivientes en un intento de dar atención médica en un periodo post ataque.

La publicación del dossier tuvo consecuencias, entre otras el Tratado de prohibición limitada, aprobada por el congreso de EE. UU... También una conclusión irrebatible: la guerra nuclear no tiene tratamiento y la prevención es la única intervención posible.

La declaración del objetivo fundacional de MPR, habla por sí sola: “Creemos que la respuesta de un médico ante el desafío nuclear se deriva de su doble papel como científico y profesional de la salud.. Como científico es el conocedor de la información técnica …Es responsabilidad del médico como científico el estudio de las consecuencias médicas de los ensayos nucleares, de un ataque con armas químicas o biológicas y de la guerra termonuclear… Además, es la responsabilidad del médico como científico compartir su conocimiento con el público…pero la responsabilidad del médico va más allá de su papel como científico. Él es también un profesional de la salud, a veces forzado a tomar decisiones que afectan la vida humana, confiando en datos que no admiten ciertas conclusiones, no sólo un proveedor imparcial de información…El objetivo de MPR es proporcionar a la comunidad médica y al público en general los datos científicos en los que se basan las decisiones políticas, para alertar a los médicos de las consecuencias peligrosas de la carrera armamentística y así involucrar a los profesionales de la salud en la búsqueda de alternativas serias y pacíficas y desarrollar el apoyo a los programas que promueven el desarme efectivo y la paz”

Como hemos podido comprobar en este tema queda mucho, demasiado, camino por recorrer.

Por último, una buena noticia, la organización pervive, ya ha elaborado sus valoraciones de la guerra en Ucrania.

Actualmente IPPNW está presente en más de 60 países, representa a decenas de miles de médicos, estudiantes de medicina, otros trabajadores de la salud y ciudadanos que comparten el objetivo común de crear un mundo más pacífico y seguro liberado de la amenaza de la aniquilación nuclear y la violencia armada.

https://www.ippnw.org/

 

MJosé Mendoza García

Miembro del Grupo de Bioética.

 

1.    1. Ucraïna: la primera guerra amb centrals nuclears preses com a ostatge. Cristina Mas. Ara.cat. edició 5-3-20022

2.     2.El Nobel de la paz de 1985 otorgado a un grupo de médicos que se opone a la guerra nuclear. El País 12 de OCT 1985.

3.     3.Necrológica. Pedro Zarco.. ese joven profesor. Jerónimo Farre. 10 de mayo de 2003

4.    4.www.medicinasocial.info. Homenaje a Victor W.Sidel Los orígenes de Médicos por la Responsabilidad Social y de Médicos Internacionales para la Prevención de una Guerra Nuclear. Consultado online 4/3/2022