martes, 25 de marzo de 2014

Grandes personajes de la bioética: Hoy conocemos a Diego Gracia Guillén



En la entrada de hoy vamos a conocer  Diego Gracia Guillén, (Madrid, 21 de mayo de 1941) es un médico y filósofo español, reconocido como una autoridad mundial en bioética y uno de los primeros y principales autores de textos bioéticos a nivel español.
Es discípulo y editor de la obra de Xavier Zubiri. Ha contribuido a la ética médica, desarrollando el concepto de deliberación.
Es Catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y Director del Máster de Bioética en la misma universidad, tratándose del primer máster de bioética ofrecido en España desde 1989. Es considerado por muchos como "el bioeticista más importante del mundo iberoamericano".Además de su abundante e impecable producción intelectual, su magisterio a través del Máster de Bioética en la Universidad Complutense de Madrid y del Máster de Bioética que organizó la Oficina de la OPS/OMS en Latinoamérica (itinerante) y su presencia en múltiples foros, congresos y conferencias, corroboran que tiene esa importancia.
Diego Gracia realiza en sus primeros escritos un interesante estudio de los principios promulgados en el Informe Belmont, en el que establece una jerarquía entre principios, distinguiendo entre una ética de mínimos que debe ser respetada siempre, en la que engloba la justicia y la no maleficencia, y una ética de máximos, basada en los ideales individuales, en la que coloca la beneficencia y la autonomía, y que es el objetivo a alcanzar una vez que aseguramos el respeto de los dos anteriores principios. Esta jerarquización junto con una defensa a ultranza de la deliberación configuran el método propuesto por Diego Gracia para la resolución de conflictos bioéticos.

Bibliografía recomendada:

·  Diego Gracia Guillén (1991). Introducción a la bioética. Siete ensayos.. Bogotá: Editorial El Búho.

·  Diego Gracia Guillén (2004). Como arqueros al blanco. Estudios de bioética. Madrid: Editorial Triacastela. ISBN 84-95840-13-8.

·  Diego Gracia Guillén (2007). Procedimientos de decisión en ética clínica. Madrid: Editorial Triacastela. ISBN 978-84-95840-29-5.

·  Diego Gracia Guillén (2007). Fundamentos de bioética. Madrid: Editorial Triacastela. ISBN 978-84-95840-18-9.
·  Diego Gracia Guillén (2010). La cuestión del valor. Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. ISBN 978-84-7296-332-0.



jueves, 20 de marzo de 2014

Conflictos éticos frecuentes en Atención Primaria: Manejo de IT en embarazadas.





Todos aquellos profesionales que trabajamos en Atención Primaria nos encontramos frecuentemente en nuestras consultas mujeres embarazadas sin patologías asociadas que solicitan la baja laboral, algo socialmente normalizado y que parece ser obligación de los médicos. Cada vez son menos los embarazos que llegan a los últimos días

Son casos en los que se pone al médico entre la espada y la pared, ya que habitualmente las  mujeres acuden muy angustiadas y preocupadas a nuestras consultas y que en caso de negarnos parece que vayamos a ser responsables de los daños que le puedan ocurrir supuestamente al bebe que esta en camino.

 Habitualmente son casos en los que por las características de su trabajo las mutuas no contemplan el permiso por Riesgo Laboral durante el embarazo, ya que desempeñan su actividad en puestos de bajo riesgo. Entre los casos más habituales que nos encontramos están profesoras, personal sanitario, dependientas de comercios pequeños. En otros casos el problema esta en el desplazamiento hasta el lugar de trabajo ya que a medida que aumenta el perímetro abdominal los viajes son cada vez más pesados.

Desde el punto de vista ético enfrentamos la empatia del médico y la creencia generalizada de que la prestaciones sociales en nuestro país no cubren suficientemente el embarazo, con la justicia, ya que no son todas las embarazadas las que solicitan la baja y por tanto estamos creando desigualdades de forma indirecta, favoreciendo a la persona que más se “queja” y perjudicando a aquellas más prudentes, y por otro lado no podemos olvidar que en parte de los casos el diagnóstico utilizado es “falso” o al menos muy forzado para una IT con lo que  estamos actuando en contra de la legislación vigente.

Vistos los argumentos expuesto en el párrafo anterior parece claro cual debe ser nuestra actuación en estos casos, teniendo en cuenta que se ha de individualizar cada situación.

En primer lugar hemos de remitir a la embarazada a la Mutua de trabajo para que hagan una valoración del Riesgo Laboral y que en caso de existir sean ellos quienes se hagan cargo del permiso correspondiente, lo que además supone un beneficio para la embarazada ya que cobraría el 100% del sueldo durante ese periodo, cosa que no ocurre con una IT. En otros casos se encargarán de gestionar ellos mismos un cambio de puesto de trabajo que disminuya los riesgos y la sintomatología.

En los casos que este supuesto no se cumpla, y teniendo en cuenta los argumentos éticos citados anteriormente, documentos como el citado a continuación nos pueden servir de apoyo a la hora de tomar la decisión.




Como reflexión última, hemos de considerar que nuestra “ligereza” para conceder esas bajas hace que la sociedad no se plantee presionar a los gobiernos para un cambio en la política de prestaciones sociales durante el embarazo, ya que no llegan a sentir la necesidad pues su médico de cabecera se encarga de suplementarlo, aunque bordeando la legalidad.

jueves, 6 de marzo de 2014

La Atención Primaria en crisis o “cuando veas la barbas de tu vecino pelar pon las tuyas a remojar”





En las últimas semanas hemos conocido la noticia, aunque escasamente publicitada por los medios periodísticos mayoritarios en España, del desmantelamiento de la Atención Primaria en Grecia.

Para aquellos que no estéis al tanto esto supone el despido definitivo de  miles de médicos, el paso a la “reserva” de otros miles hasta que sean reubicados dentro de empresas privadas, acompañado de importantes bajadas de sueldos y el cierre, ya efectivo de todos los centros de salud de forma inmediata durante “un mes” hasta abrir con una nueva estructura privada..

Para ampliar información






Ante hechos como estos vemos que la Atención Primaria se encuentra en los últimos años en una encrucijada. Desde múltiples frentes se publicita que la AP ha de ser la clave del sistema, pero la realidad que vivimos es otra muy diferente. Los profesionales se encuentran presionados desde múltiples frentes y se sienten abandonados y sin ningún tipo de apoyo. Las administraciones cada vez presionan más, la inter-relación con los especialistas no mejora y la relación médico-paciente ha cambiado mucho estos últimos años. Parece cundir la sensación entre los profesionales que las diferentes sociedades no les representan y no luchan por sus intereses como ellos considerarían necesario. La función de los Colegios  profesionales desde el punto de vista del profesional es poco comprendida. En definitiva, el profesional de Atención Primaria se encuentra en muchos casos desmotivado y con la percepción de que su trabajo es poco efectivo.

Vamos a profundizar un poco en los problemas citados en el párrafo anterior.

  • Administración: Desde la administración se esta solicitando al profesional de Atención Primaria un importante esfuerzo para el control del gasto farmacéutico. Es cierto que, en gran medida, los médicos somos los responsables de ese aumento progresivo del gasto, pero, ¿somos los únicos? Por supuesto que no.

    • Se han autorizado para el uso y la financiación por la salud pública múltiples medicamentos con eficacia poco demostrada y con informes  en contra de muchos profesionales cualificados (ver ej. De SYSADOAS) por motivos poco claros, haciendo al médico de Atención Primaria responsable de si se prescriben o no, cuando en muchos casos la prescripción es inducida por algún especialista.

    • Se están estableciendo en algunas comunidades algoritmos no  consensuados sobre que medicamentos podemos prescribir y cuales no, en determinadas patologías.


    • Se limita en muchos casos las pruebas complementarias que se pueden solicitar desde Atención Primaria para disminuir el gasto en pruebas o reducir listas de espera, con la única consecuencia de aumentar el porcentaje de derivaciones a especializada, duplicidades en tratamientos y retrasos diagnósticos injustificados, menoscabando además la moral de los profesionales, que se ven convertidos en meros reguladores del tráfico de pacientes con escasas posibilidades de intervenir activamente en el proceso diagnostico de enfermedades para las que se encuentran perfectamente capacitados.

    • Se reduce el número de sustitutos en los centros de salud, aumentando así las listas de espera en nuestras consultas y la sobrecarga laboral del resto de compañeros, en unas consultas ya de por si sobrecargadas y con más pacientes de los recomendados para realizar una atención de calidad.

    • Implantación de sistemas de pago por objetivos basados en los sistemas ingles o canadiense, cuando en los países de origen estos sistemas se encuentran en retirada, ya que después de años de implantación se ha demostrado que su efectividad es baja en cuanto a la mejora de la atención y la disminución del gasto.

  • Relaciones con especializada: Este es un foco clásico de conflictos para los profesionales de la AP. Desde hace muchos años se intentan establecer puntos de encuentro que permitan que la relación entre ambos niveles sea beneficiosa desde todos los puntos de vista, pero debido a que la situación actual afecta a todos los niveles se están rompiendo esos pequeños puentes establecidos previamente. Se presiona a los diferentes servicios hospitalarios para reducir sus gastos y eso supone una reducción de personal, con el consiguiente aumento de las listas de espera y la penalización consecuente en el pago por objetivos. Esto conlleva que se intente cortar por el punto más sencillo. Estableciendo protocolos unilaterales de derivación que impidan que los médicos de AP deriven a pacientes (tanto a servicios médico-quirúrgicos como de pruebas complementarias), reduciendo así las listas de espera, pero disminuyendo la calidad de la atención y poniendo en riesgo la salud de los pacientes.

  • La relación médico-paciente: los paciente que atendemos ahora en nuestras consultas poco tienen que ver con aquellos que atendíamos hace años. Son pacientes más informados cuando acuden a nuestra consulta y con unas exigencias de información mucho mayores. El avance progresivo hacia una medicina basada en la autonomía hace que cada acto médico implique mayor compromiso informativo del médico y un aumento del tiempo dedicado al diálogo.  Una atención médica de calidad implica mucho más tiempo que hace años. Si un especialista en una primera visita precisa y dispone de aproximadamente 15 minutos para abordar el problema en profundidad ¿como vamos a poder resolverlo nosotros en tan solo cinco?

  • La representatividad de las sociedades científicas y sindicatos: Se percibe entre los médicos de AP un desapego cada vez mayor ante las funciones de las sociedades científicas y los sindicatos. Quizás el origen del problema no se encuentre en las sociedades y se deba a la actitud poco abierta al diálogo de las administraciones que deja muy poco margen  de actuación, pero el caso es que el problema es cada vez más evidente.

  • Los colegios profesionales: El desapego al colegio profesional por parte de enfermería es un problema ya antiguo, pero por parte de los médicos la obligatoriedad de la colegiación para poder recetar y trabajar hace que este sea el órgano más universal de representación médica. Engloba en su seno a todas las especialidades y al contrario que las Sociedades científicas o los sindicatos si que posee cierta capacidad reguladora. Pero su actitud siempre comedida, es percibida en muchas ocasiones por los médicos como conformista con las decisiones de las administraciones, aunque si leemos informes elaborados desde sus diferentes órganos vemos que solo es una percepción, no la  realidad.

  • El profesional de AP: Quizás debido a todo lo comentado anteriormente o por un problema de los propios profesionales, se puede palpar en los últimos años en los Centros de salud una desmotivación cada vez mayor. “solo hacen que exigirnos sin ofrecer nada a cambio”, “ya se han inventado un protocolo nuevo para que trabajemos más”,”otra vez han cambiado los criterios de derivación, productividad, etc…  sin consultarnos” son frases que se oyen a diario en nuestros  centros.

¿Acabaremos como nuestros compañeros en Grecia?

Pues o nos tomamos las cosas en serio y empezamos a trabajar todos juntos para cambiar o es muy posible que así sea.

Somos profesionales muy bien formados, bien valorados en cualquier lugar al que nos desplacemos y con capacidad para tomar las riendas de lo que debe ser la medicina de nuestro país en el futuro.

Es fundamental crear algún tipo de comité de expertos que integre a todos los agentes de la Atención Primaria (sociedades, sindicatos, colegios profesionales, administración y políticos de diferentes signos, pacientes y profesionales destacados) que se reúna durante meses y no se levante de la mesa de negociación hasta que se elabore un documento de consenso de calidad y de máximos  que suponga un nuevo comienzo (una nueva Alma-Ata o un nuevo Informe Belmont), con el compromiso por todas las partes de luchar hasta el final para que se cumplan los objetivos establecidos.



martes, 4 de marzo de 2014

Jornada de Humanización en Valencia. Primeras impresiones

El día 26 se desarrolló en el Ateneo mercantil de Valencia la III Jornada de Humanización con aforo completo, unos 400 profesionales, entre médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos. Nos parece que fue muy interesante y se abordaron temas como las necesidades de los pacientes y de los profesionales, cómo protegernos del desaliento,  los valores que debemos preservar al final de la vida... Salimos con fuerzas renovadas para seguir aportando humanidad a nuestro quehacer diario.


Ponencia de Vicenta Alborch.