jueves, 28 de diciembre de 2017

Profesión: Prostituta

En este blog se trató recientemente el tema de la prostitución. El debate se planteaba entre la inclinación hacia el respeto de la libertad de la mujer para elegir la prostitución como su profesión y, por otra parte, la tendencia a negar que esto sea un oficio propiamente dicho.

Aquí cada cual tiene su opinión y, casi siempre, es difícil de cambiar una vez definida según nuestros principios, creencias o valores. Esto nos lleva a otro hilo relacionado con las dos tendencias: ¿Legalización o prohibición de la prostitución? ¿Qué pros y que contras nos traería cada una de las dos opciones?

La legalización de la prostitución como un oficio, traería detrás la aceptación de que la prostituta elije por ella misma, no hablamos de trata ni de obligación a ejercerla. Si no a la libertad de la mujer de elegir ésta, como podría haber elegido cualquier otra profesión como medio para ganarse la vida. Existe una controversia a nivel global sobre la reglamentación del sexo comercial. La OMS define el “sexo comercial” como el intercambio de dinero o bienes por servicios sexuales, pero algunos intercambios no consensuales se califican como tráfico humano.

He leído diferentes artículos sobre la legalización o prohibición de la prostitución en algunos países para ver los beneficios que aportaban, a la vez que los inconvenientes que podrían encontrarse con cualquiera de las dos opciones.

La verdad que ha sido un trabajo complicado encontrar información al respecto, pues hay una falta de estudios empíricos sobre el impacto de la despenalización del sexo comercial. Los artículos nos hablan de las cuatro opciones legislativas principales que se pueden establecer al respecto de este tema, y son las siguientes: criminalización (todos los que intervienen pueden ser penalizados), legalización (habría una regulación gubernamental de la prostitución como profesión), despenalización (se aplicarían a la prostitución las leyes comerciales usuales) y modelo nórdico (se criminaliza al comprador y al proxeneta, pero no al vendedor).

Teniendo en cuenta los problemas éticos fundamentales para decidir sobre la política sexual comercial a llevar, es necesario abordar los siguientes problemas: comprensión del consentimiento (cuántas mujeres ejercerían la prostitución por voluntad propia), incentivos financieros (las necesidades económicas influirían en la decisión de elegir la prostitución como profesión) y vulnerabilidad (tener en cuenta que las personas más vulnerables se verían más expuestas a ejercer la prostitución por necesidad).

En poco tiempo hemos sido partícipes de varias polémicas creadas al respecto de la prostitución. ¿El culpable es el usuario, la vendedora, el proxeneta, la sociedad en sí misma, el gobierno por no legislar esta situación…? Parece que todo está más centrado en buscar culpables que en buscar soluciones.

Recientemente un vídeo subido a las redes con el hashtag #holaputero ha estado dando el mensaje de que el “putero” tiene gran parte de culpa de que este negocio, que esconde detrás delitos como la trata de blanca o la violación, siga existiendo. Nos habla del gran machista que se esconde tras el hombre que utiliza a las prostitutas para mostrar su auténtico yo y poder demostrar su autoridad con ellas. https://youtu.be/cb7t10c-bIM. A este vídeo contestan algunas prostitutas defendiendo a sus clientes y asegurando que “Son putas por que quieren, y ello les permite una mejor calidad de vida e incluso pagar buenos colegios a sus hijos”. http://www.marca.com/tiramillas/actualidad/2017/12/14/5a325954ca47410e228b459c.html

Continúa la polémica con un artículo de Arcadi en el periódico El Mundo, cuestionando la suposición de que la prostitución existe sólo porque hay demanda y proponiendo a las prostitutas una subida de precios para regular la oferta-demanda. Arcadi incluso llega a comparar la prostitución con la enfermería, alegando que en los dos oficios los profesionales se encuentran ante situaciones desagradables para ellos. http://www.elmundo.es/opinion/2017/12/10/5a2c32b9268e3ec2618b4692.html
La bola sigue creciendo y hay respuestas a este artículo, aludiendo a las frases de Arcadi: “Entre prostitución y violación hay una relación que parece obvia”, y “Tampoco la enfermera que limpia a los viejos quisiera estar allí”. La respuesta la vemos en otro artículo que defiende la educación como medio para disminuir y erradicar las violaciones en nuestro país en lugar de la existencia de prostitutas y con una breve explicación de lo que significa la enfermería y la implicación del personal por su vocación con la profesión. http://www.nuevatribuna.es/articulo/espana/ni-putas-ni-enfermeras-machismo-mas-rancio/20171212130452146225.html
He intentado seguir un orden cronológico en los últimos acontecimientos y poner los enlaces por si alguien quiere sacar sus conclusiones al respecto.

Esta entrada en sí, lo que humildemente pretende es que reflexionemos un poco, y ver si en lugar de estos continuos ataques de unos y de otros, lo que deberíamos hacer es abrir los ojos a una realidad que tenemos delante y plantear posibles soluciones a este problema que existe en lugar de centrarnos en buscar culpables. Que veamos lo poco que se sabe de qué es más beneficioso o más perjudicial, si la legalización o la criminalización, y que nos centremos en hacer una evaluación rigurosa del impacto de unas medidas u otras para poder establecer la base que nos lleve a una toma de decisiones al respecto. Aquí, más que opiniones personales que podríamos estar eternamente publicando todos en distintos medios, deberíamos observar los datos reales de los resultados que nos ofrecen las dos opciones posibles y así poder establecer, por fin, una solución a este gran problema.

¿Sería capaz nuestra sociedad de aparcar su opinión a un lado y observar únicamente resultados para establecer si en un futuro la prostitución podría ser una profesión más con todo lo que ello conlleva? Espero que mi entrada os ayude a reflexionar sobre lo que sabemos y lo que no, lo que sentimos, lo que pensamos… pero sobre todo a reconocer que cada problema tiene una solución y aún no hemos sido capaces de encontrar esta.

Entrada elaborada por: Sari Ortí Calatayud

viernes, 22 de septiembre de 2017

Reflexionando sobre la prostitución

Desde hace un tiempo vengo reflexionando sobre la prostitución. Todo comenzó a raíz de un artículo de Rosa Montero en El País Semanal, “Más bien que malsobre el tema de la gestación subrogada y que mencionaba que si sostenemos que las mujeres son dueñas de su cuerpo entonces también son dueñas de alquilar su capacidad reproductora. O de trabajar en la prostitución… como defiende el Colectivo Hetaira con el que colabora. Envié este artículo al grupo de bioética para sumar a otros artículos que estábamos leyendo sobre el tema de la gestación subrogada del que íbamos a debatir en la siguiente reunión. En ésta acabamos hablando de la prostitución y, como suele ser habitual e incluso deseable, hubo opiniones encontradas.


Mis reflexiones o dudas iban en la tendencia de aceptar que la prostitución había existido y existiría siempre y que había que considerarla como un trabajo de servicios más y por tanto respetar los derechos de l@s trabajadores/as. Me preguntaba por qué, si alguien lo prefiere, no puede ser trabajador/a del sexo, por qué es mejor trabajar ayudando en sus necesidades de higiene a un anciano o limpiando el hogar de otras personas o encajando en un almacén de naranjas doce horas de pie o soportando a un/a jefe/a dominante. Pensaba, ¿por qué le damos tanta importancia al sexo considerándolo un tema tabú, sagrado, y no una necesidad más que hay que satisfacer?. Dije que hay personas que, por sus características físicas o psíquicas, muy difícilmente conseguirán relaciones sexuales sin contraprestación económica: ¿les negamos la posibilidad de disfrutar del sexo?. Recuerdo una película “Las sesiones” con una magnífica Helen Hunt protagonizando una terapeuta sexual para discapacitados que también me hizo plantear este tema.

Elvira García Bello, la filósofa del grupo, tenía una opinión más firme que la mía considerando que el cuerpo de la mujer no puede ser utilizado como una mercancía. No la desarrollo aquí por miedo a no hacerlo de forma fidedigna y sería mejor que ella misma la expresara. Hubo miembros del grupo que estaban más favor de mi corriente y otros de la de Elvira, también hubo quién no opinó.

Pensamos que podía ser un buen tema para seguir trabajando y abordarlo en un taller. Elvira y yo decidimos presentarlo al próximo Congreso de SoVaMFiC. Lo hicimos con el título “Hablemos de prostitución, ¿o miramos para otro lado?” El Comité del Congreso no lo aceptó, considerando que había otras propuestas de mayor interés.

Bueno todo este largo preámbulo es para explicar por qué os recomiendo el libro “Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección” de Ana de Miguel (Ediciones Cátedra, Universidad de Valencia). Me lo recomendó mi hermana. Tiene un capítulo que titula “La prostitución de las mujeres, una escuela de desigualdad humana. En él critica lo que tantas veces oímos o decimos: “La legalización sirve para combatir las mafias”, “Los derechos de l@s trabajadores del sexo”, “El sexo es bueno, basta de puritanismo y represión”, “En todos los trabajos se vende el cuerpo: ¿qué diferencia hay entre vender ideas y vender cuerpos?”. Todo el libro trata de demostrar que seguimos en una sociedad patriarcal en que la igualdad y la libertad de las mujeres no es real. Es un libro feminista que habla de lo que es el feminismo, de su historia, de sus conflictos, de su lucha continua contra su mala prensa, del amor romántico, del azul y el rosa, de educación sexista, de la violencia de género, sobre lo privado y lo público, micromachismos incluidos. Insiste en que no hay que resignarse a la conversión del ser humano en mercancía como pretende la ideología neoliberal en boga. Os lo recomiendo encarecidamente, cada página es interesante y ayuda a reflexionar sobre nuestras vidas y las de los demás incluidos las de nuestros pacientes, por supuesto.

Entrada elaborada por: Vicenta Alborch Bataller

lunes, 5 de junio de 2017

Mesa redonda "Paraules de Dones al Voltant de la Mort"

El día 8 de mayo tuvo lugar una mesa redonda que se titulaba “Paraules de dones al voltant de la mort” en el ámbito del Fòrum de Debats de La Nau, el Centre Cultural de la Universitat de València. La organizaba DMD, l’Associació Dret a Morir Dignament de la Comunitat Valenciana. Fue un acto con mucho público -el Aula Magna estaba llena-, se logró mantener la atención y la participación en el debate fue alta. El tema interesó, la forma de plantearlo fue personal y emotiva y recibió la aprobación de las personas que acudieron.


En una primera parte intervinieron Javier Velasco (President de Dret a Morir Dignament CV), Antonio Ariño (Vicerrector de Cultura i Igualtat de la Universitat de Valéncia) y Carmen Montón (Consellera de Sanitat Universal i Salut Pública). En la segunda parte presentó la mesa Mª José Alemany (secretaria de Dret a Morir Dignament, y Matrona Doctora en Historia y profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería de La Fe). 

A mi se me invitó a participar comentando mi experiencia como médica de familia en torno a la muerte. Adjunto el texto que expuse (aqui). Añado la segunda parte que tenía preparada (aqui), para una segunda ronda de intervenciones, sobre la pregunta "¿Qué aportará la nueva ley de la Comunitat Valenciana?", que por falta de tiempo no se llegó a realizar. Os invito a su lectura.

Las otras ponentes fueron:

- Mª José Miragaya, matrona del Hospital La Fe. Nos habló sobre lo sentimientos que tuvo cuando su marido estuvo gravemente enfermo y finalmente murió. Sintió soledad y falta de comprensión, de humanidad.

- Adela Costa, profesora jubilada de la Universitat de Valéncia, Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura, que abordó el tema de la muerte desde la literatura y desde su experiencia como cuidadora. Me gustaría señalar uno de los sentimientos que expresó: en la relación con los médicos le faltaron palabras… el trato a su familiar y a ella misma había sido correcto, pero echó en falta más comunicación.

- Begoña Ferrer, pediatra del Hospital La Fe. Nos transmitió su experiencia con niños al final de la vida y los problemas que se le planteaban. Nos hizo ver la terrible realidad de que los niños también mueren.


En fin, un acto donde abordamos el interesante tema del final de la vida y los cuidados que debemos proporcionar a nuestros pacientes.

Entrada elaborada por Vicenta Alborch

sábado, 6 de mayo de 2017

Hemos visto... Colesterol: el gran engaño


Recientemente, la segunda cadena de la televisión pública española ha emitido, en el marco de La Noche Temática, un documental producido en Francia que aborda la construcción de la hipótesis lipídica como factor de riesgo cardiovascular. 



A partir de los años 50 del S. XX, EEUU experimentó un aumento de casos de infarto agudo de miocardio. El pánico se apoderó de todo el país, ya que incluso el Presidente Eisenhower sufrió uno. Inicialmente, se apuntó a las grasas saturadas, que elevaban los niveles de colesterol en sangre, y por tanto sus depósitos a nivel de las arterias, como principal agente causal. Sin embargo, años más tarde, otros estudios sobre enfermedades cardiovasculares relativizarían esta cuestión.

El documental trata, entre otros aspectos, los intereses comerciales de las industrias (farmacéutica, tabaquera y alimentaria, en especial de la industria del azúcar), que, como se ha conocido a posteriori, estuvieron tras el patrocinio de muchas de aquellas publicaciones, subvencionando investigaciones para que el colesterol figurase como único responsable de dichas patologías, y eludiendo evidencias que señalaban otras causas importantes, como la diabetes, la obesidad y el tabaquismo. El vídeo aborda, asimismo, la poderosa forma en que los medios de comunicación presentaron el colesterol, un lípido indispensable para la vida, como un problema de salud pública. Ello generó unas necesidades secundarias, que podían ser solventadas mediante la compra de ciertos alimentos (bajos en grasas, aunque en muchos casos ricos en azúcares) y fármacos (como las estatinas, no exentas de efectos adversos, incluso sin receta). Se creó, por tanto, un mercado basado en la publicidad y venta de productos que respondían a una necesidad creada. 

La temática invita a reflexionar sobre cuestiones relativas a ética de la investigación y ética profesional, así como sobre cuestiones de plena actualidad, como las referidas a conflictos de interés. Además, su visionado ayuda a entender, en buena parte, la "fobia social" al colesterol que hoy día existe en los países occidentales y aparece cada día en nuestras consultas de Atención primaria.



lunes, 9 de enero de 2017

Hemos leído... Con-ciencia médica, de Mónica Lalanda

Con-ciencia médica. Éste es el título de un original libro de Mónica Lalanda, médico, experta en Bioética e ilustradora de cómics, que voy a presentar y a recomendar. Ya en la portada anuncia a modo de palabras claves el contenido del libro: #cómics #sanidad #ética, pero lo hace precedido del símbolo de almohadilla como si de etiquetas o hashtags se tratase, dando a entender que la ética no está reñida con las nuevas tecnologías ni las redes sociales. 

La bioética se ha servido de los textos literarios, del cine o del teatro para su difusión y docencia, para construir valores éticos. Ahora es el mundo del cómic el que aborda estos objetivos de manera muy brillante y hace patente su gran potencial para la formación médica. Como estribe la autora en la introducción, "el cómic es un género literario que permiten meter el dedo en muchas llagas y hacerlo con una sonrisa".

Ya sabemos que la deontología es esa disciplina que podríamos situar entre la ética y el derecho, es como una bioética básica y orientada en este caso a los profesionales médicos. Esta obra consigue acercarnos la deontología médica, que generalmente resulta tediosa y aburrida, gracias a su astuto y crítico humor gráfico y al poder de las imágenes de sus viñetas, de una forma entretenida, atractiva y divertida. Ante cada viñeta, el lector se ve invitado a reflexionar sobre algún aspecto del código deontológico, a analizar su comportamiento al respecto y a saber cómo se debe actuar. 


En sus doce capítulos se tratan temas tan cruciales como la profesión médica al servicio del ser humano, la relación entre el médico y el paciente, confidencialidad, objeción de conciencia, atención al final de la vida, prescripción, usos de las redes sociales, entre otros. En cada capítulo proporciona enlaces correspondientes al Código de deontología médica y otros documentos a través de códigos QR.

Por todo ello, considero que este libro de cómics es una herramienta muy útil para despertar nuestras conciencias y hacernos pensar y reflexionar en el día a día de nuestra labor como médicos, de forma que no sólo seamos buenos desde el punto de vista técnico y científico, sino que lo seamos desde el punto de vista ético e impidamos la deshumanización de la Medicina.

Entrada elaborada por: Víctor J. Suberviola