Recientemente, la segunda cadena de la televisión pública española ha emitido, en el marco de La Noche Temática, un documental producido en Francia que aborda la construcción de la hipótesis lipídica como factor de riesgo cardiovascular.
A partir de los años 50 del S. XX, EEUU experimentó un aumento de casos de infarto agudo de miocardio. El pánico se apoderó de todo el país, ya que incluso el Presidente Eisenhower sufrió uno. Inicialmente, se apuntó a las grasas saturadas, que elevaban los niveles de colesterol en sangre, y por tanto sus depósitos a nivel de las arterias, como principal agente causal. Sin embargo, años más tarde, otros estudios sobre enfermedades cardiovasculares relativizarían esta cuestión.
El documental trata, entre otros aspectos, los intereses comerciales de las industrias (farmacéutica, tabaquera y alimentaria, en especial de la industria del azúcar), que, como se ha conocido a posteriori, estuvieron tras el patrocinio de muchas de aquellas publicaciones, subvencionando investigaciones para que el colesterol figurase como único responsable de dichas patologías, y eludiendo evidencias que señalaban otras causas importantes, como la diabetes, la obesidad y el tabaquismo. El vídeo aborda, asimismo, la poderosa forma en que los medios de comunicación presentaron el colesterol, un lípido indispensable para la vida, como un problema de salud pública. Ello generó unas necesidades secundarias, que podían ser solventadas mediante la compra de ciertos alimentos (bajos en grasas, aunque en muchos casos ricos en azúcares) y fármacos (como las estatinas, no exentas de efectos adversos, incluso sin receta). Se creó, por tanto, un mercado basado en la publicidad y venta de productos que respondían a una necesidad creada.
La temática invita a reflexionar sobre cuestiones relativas a ética de la investigación y ética profesional, así como sobre cuestiones de plena actualidad, como las referidas a conflictos de interés. Además, su visionado ayuda a entender, en buena parte, la "fobia social" al colesterol que hoy día existe en los países occidentales y aparece cada día en nuestras consultas de Atención primaria.
Muy interesante y preocupante ya que seguimos prescribiendo estatinas aunque con más moderación. Especialmente lo hacemos y a dosis más altas en los diabéticos por su alto riesgo cardiovascular y en el documental dice que aumenta la incidencia de diabetes. Necesitamos estudios imparciales y normas de nuestras autoridades sanitarias que realmente velen por la salud de las personas y no por intereses comerciales. Menciona también la importancia del consumo de azúcar y ahí tenemos las bebidas refrescantes, de las que tanto se habla ahora, y otros alimentos con alto contenido en azúcares que ni conoce el que los consume. Como siempre dar una pastilla a nuestros pacientes es lo más fácil pero no lo mejor. La importancia del tabaco es enorme como sabemos (Eisenhower fumaba mucho y eso no lo decían en las investigaciones de entonces seguramente porque la industria tabacalera también intentaba ocultarlo). El sedentarismo es el gran factor de riesgo que nos lleva a enfermedades físicas y psíquicas y también queda claramente reflejado en el documental. Así que más zapatillas, menos cajetillas (como dice el slogan de la semana sin humo) y menos pastillas. A ver si convencemos a nuestros pacientes.
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ResponderEliminarAl hilo de lo que comentas, en cuestiones de alimentación, creo además que es clave el empoderamiento de los ciudadanos: se debe exigir a los organismos reguladores un nuevo modelo de etiquetado alimentario, que ilustre de forma mucho más clara e intuitiva la composición de cada producto (en especial, incluir en el frontal de los envases los semáforos de su contenido en azúcar y sal, como ya se hace en otros países). Ello nos ayudaría a ser más conscientes de los ingredientes de aquello que comemos, y, por tanto, a tomar mejores decisiones en lo que respecta a configurar la cesta de la compra y cuidar nuestra dieta.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, el etiquetado claro es necesario para que todos sepamos lo que comemos y bebemos. Debemos exigirlo a las autoridades y empresas.
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