sábado, 14 de agosto de 2021

¿Cómo se puede soportar la muerte de tu niño?


Casualmente he visto recientemente dos películas -buenas las dos- y he leído una novela espléndida que tratan del mismo tema pero de formas muy diferentes. Sus personajes sufren la trágica muerte de un hijo pequeño. 

Las películas han sido estrenadas recientemente y las vi en junio en salas de cine, pantalla grande, como a mí me gusta. Son "En un lugar salvaje" y "El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo". La novela se titula "Hamnet". Conmovedoras las tres. 

Comencemos por "En un lugar salvaje". La directora, Robin Wright, es, a su vez, la actriz protagonista.  Se trata de una mujer de mediana edad a la que se le mueren en accidente de tráfico su marido y su hijo. Ella decide romper con su vida anterior y aislarse en una cabaña entre montañas. No dice a nadie dónde se encuentra y prescinde del móvil y del coche. Intenta que el retorno sea imposible. Allí tiene que luchar por sobrevivir, alimentándose  mediante la caza o la pesca, enfrentándose a las inclemencias del crudo invierno y a los animales salvajes. Está a punto de morir cuando aparece un hombre que avisa a una enfermera y la socorren. Ella no quiere que la trasladen al hospital y la enfermera insiste en que deben hacerlo. Él piensa que hay que respetar la decisión de nuestra protagonista y la cuida hasta que se recupera. No cuento más.

La otra película "Él inglés que cogió la maleta y se fue..." trata de un hombre anciano y enfermo que cumple la promesa que le hizo a su mujer recientemente fallecida. Debe llevar sus cenizas al lugar de donde partieron tras la muerte de su único hijo, cuando eran jóvenes. Sus vidas quedan marcadas para siempre por esta tragedia. Así recorre Inglaterra de norte a sur en diversos autobuses y va encontrándose con diferentes personajes a quienes les llama la atención su forma de viajar. Las diversas personas responden de formas muy diferentes al encontrárselo. Tampoco desvelo más. 

En ambas películas hay una huida tras la muerte de un único hijo en plena infancia. Parece imposible seguir viviendo en el mismo sitio con las mismas rutinas tras esas terribles pérdidas.

En la preciosa novela que acabo de leer, "Hamnet" de Maggie O'Farrell -calificada como una de las voces más brillantes de la literatura inglesa actual-, también muere el niño de los protagonistas, de peste en este caso, ya que transcurre en el siglo XVI. Por cierto, hay un capítulo donde se narra de forma admirable cómo pudo transmitirse la enfermedad a través de las pulgas desde Alejandría hasta Inglaterra. 

 La protagonista es una mujer extraordinaria que conoce las plantas medicinales y a la que acuden las personas de su pueblo en busca de sus remedios cuando enferman. Pero no consigue salvar a su propio hijo. Eso le produce un profundo desánimo y se siente incapaz de seguir con sus quehaceres. Poco a poco sus dos hijas, una de ellas gemela del fallecido, le ayudarán a aceptar de nuevo las peticiones de quienes acuden a ella buscando sus remedios. 

En cambio, el padre, personaje inspirado en Shakespeare, intenta superar el dolor de otra forma, huyendo, alejándose de la casa, del pueblo y de la familia, retomando sus composiciones teatrales en Londres. Pero no consigue olvidar y para expresar su sufrimiento crea uno de los personajes más famosos de la literatura universal. La madre no puede entender la huida de su marido, siente que las abandona, hasta que ve la obra donde aparece un muchacho que representa a su hijo. Su marido ha enseñado al actor su manera de moverse, sus gestos, ha querido devolver la vida a Hamnet aunque fuera a costa de la suya. Entonces ella entiende que cada uno sobrelleva la desgracia de una forma distinta y acaban unidos de nuevo. 

En la película de "El Inglés que cogió la maleta..." La pareja se mantiene unida en su dolor, en la novela no lo consiguen hasta que cada uno va recuperándose, a su manera, en la distancia. 

Y ocurrió otra casualidad que me vino como anillo al dedo. Tras haber hecho el primer borrador de esta entrada supe que la Editorial Díaz de Santos había publicado el libro de Elena Ariste Mur,* profesora de Counselling, con años de docencia en la EVES, a cuyos cursos hemos asistido bastantes socias y socios de esta nuestra Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria. Así pues, encargué en mi librería de barrio como suelo hacer. Necesitamos aprender mucho en Escucha Activa y en auto cuidado y no solo en el tema de la muerte y el duelo. El método docente de Elena Ariste es muy bueno y el libro lo expone de forma amena. Incluye casos muy diversos, en situaciones y ámbitos muy diferentes, que ha extraído de los muchos que aportamos el alumnado en sus cursos. Sobre ellos se trabaja y se expone cómo podría establecerse una comunicación realmente eficaz y empática. Este libro puede contribuir a nuestra formación en comunicación y así mejorar nuestra práctica profesional, incluso nuestras propias vidas. 

 NOTA: recientemente una compañera de nuestro grupo de Bioetica asistió en sus últimos días a un niño. Estoy segura que lo hizo de la mejor forma posible. A ella va dedicada especialmente esta entrada en nuestro blog. 


Vicenta Alborch, médica de familia jubilada.

*  https://www.editdiazdesantos.com/libros/ariste-mur-elena-escucha-activa-L30003150201.html

 


2 comentarios:

  1. Vicenta, me ha resultado muy interesante esta tu entrada en el blog. Ha hecho que tenga ganas de ver las dos películas mencionadas, de leer la novela Hamnet y de comprar el libro de Elena Ariste, que todavía no tengo. Si éste era uno de tus objetivos al publicar la entrada, que sepas que conmigo lo has conseguido. Gracias.

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  2. Opino como Víctor. No tardaré en ver las películas y leerme ese libro.
    Aprovecho para recomendaros otra película con similar argumento: La habitación del hijo (Italia, 2001, dirigida y protagonizada por Nanni Moretti). La película se centra en la reacción de duelo y desajuste familiar provocada por la muerte inesperada del hijo, adolescente, y el proceso adaptativo/desadaptativo (a juzgar por vosotros mismos, como profesionales, si os animáis a verla) del padre, que es psicoanalista, de su mujer, de su hija y de la unidad familiar en conjunto.

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