Esta semana han llegado los nuevos
residentes de familia al centro de salud.
Hemos tenido “suerte”, son
residentes jóvenes, recién salidos de la facultad y convencidos de
las bondades de Atención Primaria, especialidad que han escogido y no se han encontrado, esperanzados de descubrir en
nuestro centro de salud una medicina basada en las personas, en
cuidar de la población, libre de influencias “nocivas” como
pueden llegar a ser las de los laboratorios farmaceúticos, sin
intervencionismo excesivo de las administraciones, con médicos
centrados en diagnosticar con la anamnesis y la exploración, en
curar con la palabra y la educación sanitaria.
¿Conseguiremos que no pierdan ese
idealismo? ¿Fracasaremos una vez más? ¿Serán el nuevo e
ilusionante futuro que todos queremos para esta especialidad o tras
cuatro años serán una nueva promoción de médicos jóvenes muy
bien formados técnicamente y no tan bien humanamente, con
escaso futuro y ninguna ilusión por cambiar la situación actual de
la especialidad?
¿Que es lo que han encontrado de
momento?. Consultas sobrecargadas y excesivamente burocratizadas
debido a un mal sistema de control de IT, unos algoritmos de
tratamiento ineficaces, etc. Escasa, por no decir nula, actividad
comunitaria. Y para rematar la primera impresión, charla patrocinada
de laboratorio en la que se contaban maravillas de un nuevo
antidepresivo.
¿Seremos capaces de reacionar y
cambiar nuestra actitud de una vez por todas usando la motivación de
estos jóvenes? ¿Podemos conseguir volver a aquellos años 80 de
enamorados de la Medicina Familiar y Comunitaria en los que la
especialidad era algo opcional y que solo accedían a ella aquellos
que estaban convencidos de sus bondades aun a riesgo de ser llamados
“locos”?
AÚN ESTAMOS A TIEMPO
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