Recientemente se ha publicado que el
gobierno danés se esta planteando la legislación sobre el anonimato en los
donantes de esperma después de la aparición de un caso de transmisión del Sd de
Lynch que no había sido detectado en el momento de la donación (http://www.bioedge.org/index.php/bioethics/bioethics_article/10455#comments)
Este tipo de casos nos deben hacer plantearnos
como se respeta la confidencialidad en nuestros centros de salud y si debe
respetarse siempre. Estos son un lugar especialmente sensible, ya que
habitualmente el ámbito de población que se trata es reducido, atendiendo a
varios miembros de una misma familia y además parte del personal, sanitario y
no sanitario del centro, pueden residir en la misma localidad, con los
consiguientes lazos tanto familiares como de amistad con los pacientes
atendidos.
Nos encontramos con pacientes que preguntan por
las patologías de sus familiares o no siempre somos conscientes que en la
consulta de al lado puede estar un vecino que escuche nuestra conversación con
el paciente, o una consulta entre compañeros delante de un paciente, o una
conversación informal sobre un caso poco habitual en las salas comunes delante
de varios compañeros, etc ...
Por otro lado nos encontramos con casos en los
que conocemos una enfermedad potencialmente peligrosa para otros de un paciente
y nos planteamos dudas sobre guardar la confidencialidad. Pongamos como ejemplo
el caso de un paciente al que se le diagnostica una infección por VIH y nos
solicita que no comuniquemos el diagnostico a nadie y su mujer es también
nuestra paciente. ¿Estamos obligados a guardar la confidencialidad en estos
casos?
Para profundizar mas en el tema recomendamos el
interesante documento "Confidencialidad: el derecho a la intimidad"
elaborado por el grupo de ética de la
CAMFiC (http://www.camfic.cat/CAMFiC/Seccions/GrupsTreball/Arxius/Etica.aspx)
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