sábado, 2 de noviembre de 2024

¿Hablar de la muerte? ¡Sí, gracias!

          En nuestra sociedad son muchas las personas y las familias que evitan hablar de la muerte, que lo consideran tabú.

          En mi experiencia asistencial he visto cómo esta actitud añade sufrimiento a un hecho que tarde o temprano nos llegará a todos. Es obvio que de lo que no se habla, de lo que se oculta, es más difícil que nos permita normalizar la muerte como un fenómeno natural, consustancial a la vida.

          Yo personalmente tuve suerte, porque siendo un chaval, mi colegio organizó una excursión a la Ermita de Cofrentes. Nos recibió el ermitaño que nos enseñó su aposento, donde destacaba, colgado encima de un austero camastro, un ataúd de madera que nos señaló serviría para acompañarlo en su último viaje cuando muriera.

          Como durante la carrera de Medicina no me hablaron apenas de la muerte, salvo para inculcarme que el deber del médico es luchar contra ella, no es raro que para muchos de nosotros la muerte es un fracaso.

          No fue hasta después de bastantes años de ejercicio profesional, cuando tuve la ocasión de hacer un curso de formación continuada de la EVES titulado “El proceso de morir”, impartido por Javier Velasco, entonces psicólogo que trabajaba en el Hospital La Fe, y que hoy es el presidente de la asociación DMD (Derecho a Morir Dignamente). De aquel curso salí convencido de lo importante que era para nuestro trabajo acercarnos al fenómeno de la muerte, al mismo tiempo que para ayudar a nuestros pacientes a afrontar esta realidad.

          En los últimos tiempos han caído en mis manos tres libros relacionados con estos temas que recomiendo.


1. “Hablar de la muerte para vivir y morir mejor. Cómo evitar dolor y sufrimiento añadido al final de la vida” de Montse Esquerda, pediatra y directora del Institut Borja de Bioética. Con este acertado y explícito título, la autora analiza cómo ha cambiado nuestra relación con la muerte a lo largo del tiempo, y qué consecuencias tiene para los profesionales y la población el hecho de que vivamos de espaldas a la muerte. También hace hincapié en que la medicina no se puede centrar exclusivamente en curar, porque otra de sus metas contempla facilitar una muerte en paz y paliar el sufrimiento que la acompaña.

2. “El niño que se enfadó con la muerte. Claves para entender y acompañar en el viaje definitivo” de Enric Benito, al que tengo la suerte de conocer personalmente desde que lo invitamos a dar una conferencia en unas jornadas sobre humanización que nuestro grupo organizó hace ya años. Narra su biografía desde niño, cómo vivió la muerte de su abuelo, qué le motivó a estudiar, a hacer medicina, a especializarse en oncología, y cuando estaba en lo más alto de su carrera profesional tuvo una crisis existencial de la que salió abandonando la oncología y reorientado su actividad hacia los cuidados paliativos. Fue coordinador del grupo de espiritualidad de la Sociedad Española de Cuidados paliativos, y en su obra transmite con la sabiduría que su práctica de cuidar y acompañar a muchas personas al final de sus vidas le ha brindado, la necesidad de acercarnos a esa experiencia para no tener miedo a la muerte y contemplarla como un hecho normal.

3. “Cuando el final se acerca. Cómo afrontar la muerte con sabiduría” de Kathryn Mannix. La autora es una médica paliativista británica que al igual que Enric Benito, previamente fue oncóloga. Este hecho me hace pensar que puede que a la oncología le falte una visión de acompañamiento al final de la vida y aceptación de la realidad inexcusable de la muerte. Nos relata unos testimonios de su práctica asistencial que nos muestran diversas situaciones de final de vida, pero  todas ellas ilustrativas de cómo afrontar bien la situación.

          Solo una objeción desde mi punto de vista a estos textos, en ninguno se relata un caso de una eutanasia, y cuando aparece la posibilidad es para disuadir al paciente de esa intención. Considero que la muerte por eutanasia es tan digna como cualquier otra muerte acompañada con cuidados paliativos. Y que no hay contradicción en estar a favor de la práctica de los cuidados paliativos de calidad, por los equipos de atención primaria y los servicios especializados en cuidados paliativos, y la prestación de ayuda médica para morir, cuando un paciente libremente y cumpliendo con el resto de requisitos de la ley de regulación de la eutanasia, lo precise.

           Recientemente, esta necesidad de hablar de la muerte ha llevado a los periodistas Aimar Bretos y Víctor Olazábal a realizar una serie titulada “Asistolia. La muerte desde dentro” que se puede recuperar en SER Podcast de Hora 25. Consta de 8 episodios donde se aborda aspectos relativos a la muerte sin eufemismos desde diferentes perspectivas. Empezando por el titulado “Prepararse para morir”, que explica el papel de  los cuidados paliativos, al que sigue “Morir sin prepararse” centrado en la actividad en la puerta de urgencias y las unidades de cuidados intensivos, donde se asiste en ocasiones a muertes repentinas, inesperadas;“La sala de autopsias” en la que los médicos forenses cuentan en qué consiste su labor, por una parte explican la causa de la muerte, pero también pueden servir para salvar vidas por su contribución al conocimiento científico; “Olor a muerto” habla de la descomposición cadavérica y la utilidad de la policía canina que aprovecha esta circunstancia; “Los tanatopractores” donde desarrollan la labor de estos profesionales (tengo que confesar que desconocía cómo se denominaban) que se encargan de conservar y restaurar los difuntos tras la muerte para que puedan ser expuestos digna y respetuosamente; “El velatorio” explica la diferencia entre la inhumación y la incineración desde la perspectiva del tanatorio y cómo la sociedad está cambiando en este sentido; “Tierra y ceniza” sigue con esta visión desde los cementerios, y por último “Qué va a pasar ahora” donde una neuropsicóloga nos da las herramientas para saber gestionar un duelo de la mejor manera posible.

           En definitiva, todos estos recursos son útiles para vencer esta inercia de no estar preparados para poder hablar de la muerte y afrontarla mejor, ayudando a las personas de nuestro entorno, a nuestros pacientes y a nosotros mismos cuando nos llegue la hora.

 

Víctor J. Suberviola (Médico de Familia jubilado)

lunes, 1 de julio de 2024

LA EUTANASIA, UN NUEVO DERECHO


Han pasado 3 años desde la entrada en vigor de la LORE, Ley de Regulación de la Eutanasia.

Sergio del Molino escribe un artículo hoy en El País https://elpais.com/opinion/2024-06-26/eutanasia-un-derecho-que-no-se- cumple.html

He escrito y enviado al periódico el siguiente comentario:

Soy Vicenta Alborch Bataller. Médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Jubilada. Ya me hubiera gustado poder ayudar a morir a personas que me lo pidieron cuando la Legislación no lo permitía. 

Estoy de acuerdo en que una Ley debe acoger a todo ser humano y que la LORE está encontrando muchas trabas que eran de esperar en esta España nuestra. Pasó con el divorcio y con el aborto, pero quienes votaron en contra del divorcio se divorciaron y quienes abominaban del aborto abortaron. Incluso, antes de la ley, algún caso hubo que hizo abortar a su hija para evitar el escándalo social. Seremos tan compasivas que ayudaremos a morir a quien nos lo pida, aunque haya votado en contra de esta ley. Pienso que es mejorable, sobre todo en su aplicación. 

El personal sanitario necesita apoyo económico, como son recursos, formación y, por encima de todo, tiempo para hacer bien las cosas. Y quienes sean objetores de conciencia que se aparten y dejen hacer. No deberían estar en las Comisiones de Garantía y Evaluación. Sus vocales deben ser profesionales que reconozcan este derecho. 

Tomemos ejemplo y admiremos a quienes son más compasivos y, contra viento y marea, ayudan a morir a quien lo solicita. Sufrimiento sin esperanza de cura que no queremos para nadie 

Vicenta Alborch Bataller

 

Otras publicaciones que hablan de la aplicación de la LORE

https://cadenaser.com/audio/cadenaser_avivirquesondosdias_20240622_080000_090000/?ssm=whatsapp

https://blogcomb.cat/2024/06/20/xavier-busquet-metge-de-familia-qui-demana-leutanasia-no-demana-entre-la-vida-i-la-mort-demana-triar-entre-dues-maneres-de-morir-acompanyar-en-aquest-proces-dona-molta-satisfacci/

https://gacetasanitaria.org/es-la-ley-eutanasia-experiencias-profesionales-avance-S0213911124000207

 


martes, 17 de octubre de 2023

Las leyes de la ascensión

 

Durante este largo y cálido verano llegó a mis manos una nueva novela.

Cuando la tuve me creó una sensación de rechazo, por ser una novela muy extensa, 966 páginas. Parece que el verano se presta más a libros rápidos y fáciles de leer.

"Las leyes de la Ascensión" se describe como novela coral; y la verdad es que tuve que buscar qué es una novela coral.

“Novela coral: es un término para definir una novela en la que se presentan varios personajes conectados en la trama y todos con la misma importancia”.

La autora es Céline Curiol, francesa de nacimiento , ingeniera de formación y que ha vivido durante 10 años en EE.UU.

"Las leyes de la Ascensión" esta ambientada en un barrio parisino en el 2015, año de los atentados terroristas de Paris.

La trama discurre con 6 personajes que a lo largo de la novela sus vidas se van  entrelazando y que van abarcando cuestiones y grandes interrogantes de nuestra época actual.

Sus personajes van desde Orna, una periodista de un medio digital; Selene, hermana de Orna, profesora universitaria; Modé, un inmigrante ya jubilado; Hope, una joven despedida de su trabajo; Mehdi, un joven de origen magrebí y radicalizado, y por último, Pavel, médico psicoanalista.

A lo largo de la novela nos van desgranando las inquietudes y conflictos de cada uno de ellos. Desde el deseo no cumplido de la maternidad, los conflictos en las relaciones con los hijos, la explotación laboral; las inquietudes por el medio ambiente y la degradación del planeta; así como desencanto con el futuro y la manipulación a través de extremismos radicalizados y tan presentes en nuestros días.

Unos seres humanos que denotan la profunda insatisfacción y crisis actual de nuestra sociedad; y que cada uno de ellos va afrontando de diferente manera.

Pero al mismo tiempo nos transmite un mensaje de esperanza, de posibilidad de cambios, de un futuro que aún está en nuestras manos.


Adoración Borrell

Médica especialista en MFYC

sábado, 29 de abril de 2023

III Jornadas de DMD (Derecho a Morir Dignamente).

 

Hace unos días tuve la ocasión de asistir y participar en las III Jornadas de DMD, que esta vez se realizaron en Gandía los días 20, 21 y 22 de abril.

Os aporto información y la presentación que expuse en la mesa redonda en que participé. En marzo de 2021 se aprobó la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE). En su exposición de motivos afirma ser “una respuesta jurídica, sistemática, equilibrada y garantista a una demanda sostenida de la sociedad actual”.

Dos años después, es oportuno evaluar cómo ha sido esta respuesta, cómo se está implementando la eutanasia y qué ha cambiado en nuestra sociedad tras su entrada en vigor. Con este objetivo, la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente (DMD) organizó, con la colaboración de la Universidad de Valencia (UV) y el Ayuntamiento de Gandía, las jornadas “Eutanasia: luces y sombras”.

Entre los/as ponentes destacamos a Javier de Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia (IDHUV), que impartió la conferencia inaugural. Nuria Terribas, una jurista de referencia en bioética y miembro de la Comisión de Garantía y Evaluación de Catalunya, abordó las solicitudes más difíciles, las de personas que piden ayuda para morir porque sufren de manera constante e intolerable a causa de un trastorno mental. En estos días, se desarrollaron cinco mesas redondas:

1.    Disponibilidad de la propia vida y contexto eutanásico.

2.    Tramitación de la prestación de ayuda para morir.

3.    Objeción a la eutanasia: ¿de conciencia o de conveniencia?

4.    La Ley de eutanasia: ¿garantista o burocrática?

5.    Estamos empezando: tenemos mucho por mejorar.

 

Esperamos que DMD publique las conclusiones de estas interesantes Jornadas próximamente.












Vicenta Alborch Bataller, Médica de familia jubilada